lunes, 21 de junio de 2010

Brillar con luz propia

El brillo que se ve sobre las modelos es un brillo de flash, hay que ponérselos encima para que se noten.

El brillo que hay en la luna es propio, es una luz que todo el mundo reconoce, en cualquier paìs la gente oberva la luna, habla de ella, le escribe, la contempla, le ruega, la admira.

Hay gente que brilla con luz propia y otra que se puede solo comparar con el brillo de sus zapatos: pasajero, artificial, para mostrarse un momento, luego el brillo se va hasta que se vuelvan a lustrar.

Y... estrellas solo las del cielo, las hay blancas, rojas, amarillas, dependiendo de su edad el color. Aveces son fugaces pero eso si, con luz propia. Cielo como el que se ve desde una playa Oaxaqueña pocas veces se ve para quienes vivimos en ciudades como esta, pero esos milloncitos de lucecitas son hasta extravagantes.

Por otro lado, las luces artificiales y el brillo que emana de ellas, es pasajero, como aquellas que penden del árbol de Navidad, o las que bellamente alumbran los pasajes y calles de alguna ciudad cosmopolita.

Las que son alucianantes son las luces de las discotecas, a la vista son impresionantes y sobre todo ver como se dejan caer sobre los cuerpos presentes que a su vez son iluminados y solo así vistos por los demás.

Hay quien requiere reflectores para ser visto, sin ellos no es nadie, es una pena, porque bien que sabe que hay personas que brillan con luz propia. Por eso, desesperado aquel que recurre al dinero para brillar, al los flashes para sentir ese brillo momentáneo que en un abrir y cerrar de ojos ya no existe. Errado aquel que a mi puerta toca para hacerse notar ante mi mirada que no acaba de verlo porque nunca ha brillado.

El Sol, aveces se comparte para dejarnos caer su luz y hacernos brillar cuando nos entregamos a el desnudos, pero cuando camina para alumbrar otro continente, nos deja oscuros de nuevo, como inexistentes.

La luz propia nace desde dentro, sale por la voz, por los ojos, por la escritura, por las manos, por el oido, así lo hicieron Bethoven. Mozart, Van Gohg, Plácido, Gandhi y tantas personas brillantes que a lo largo de la historia de la humanidad han sabido generar luz a su alrededor, desde dentro.

Hoy en dia hay más entes oscuros que de luz, mi esperanza es que aprendan a conocer su propia luz, y la den al menos en una sonrisa, en una acción que saque chispas como luz de bengala.

Gracias a ti A. que me has enseñado que la vida no es un flash de foto, sino un largo andar de luz propia en el camino.

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