El origen

El tìtulo fue el que llamo mi atención mas que el cartel. Luego la recomendacion a distancia de Adriana me llevó a verla, máxime que a Martin ya le andaba por verla.

Me gustó, la ví con cierta premeditación de por medio, tras leer en mi cel el mensaje que decía algo asi como que o me fijara tanto en los efectos sino en la historia.

No se si entendí exactamente todo, pero lo que si me encantó fue la idea con sed de conocer el origen de las cosas, en este caso la historia del personaje principal. Coo en casi toda historia el amor, las relaciones humanas, y todo lo demás, aparecen tambien.

Me puse a pensar un poco en eso de la extracción de sueños, de la inspiración como fuente de poder, lo tremenda que es la mente.

A mi me gusta soñar, y hago esfuerzos tremendos por recordar lo que sueño, pero no he aprendido del todo a recordar las historias de pie a pa. A veces despierto con coraje por haberme despertado justo en el boom ensoñatorio, otras con llanto aún en los ojos, o con una carcajada me llego yo misma a despertar.

Alguna vez leí que no podemos soñar lo mismo varias veces, sino que es solo una sensación que no recuerdo como se llama, la que nos hace pensar que soñamos el mismo sueño.

En otras ocasiones veo tan claramente a personas con rostro y cuerpo, como si fueran reales, aunque no las conozco siento la firme idea de que en algun momento demi vida aparecerán, o por lo menos que existen y que las veo en los sueños porque las veo en el mundo real pero es mi subconsciente el que las trae al sueño.

El tema de los sueños siempre ha sido ampliamente discutido, leído, escrito, hay cientos sobre la interpretación, y no siempre coinciden, por eso sigue siendo en parte un misterio.

También me queda claro y coincido con el guionista de "El origen" que soñar es una historia de cada quien, la inspiracion y nuestros sueños son propios y afortunadamente hasta hoy no hay nadie que nos los pueda arrebatar, sobre todo cuando en ellos se guardan grandes secretos.

Periodistas a gobernación!

México DF. Narvarte. El reloj marcaba las once y yo aún preparaba las cosas de Camila, su ropa y su comida. A las once treinta ya estaba con sus abuelos, justo me daba apenas tiempo de llegar al Ángel de la Independencia y reunirme con mis colegas.

La marcha acababa de comenzar, me uní al contingente de inmediato, de momento no ví caras conocidas más que la de Irving que me había recibido al bajar del auto.

Al poco rato vimos a Tania de Foro TV, portaba una pancarta en alusión a periodistas desaparecidos; luego vimos a Omar, nuestro jefe en Radio Trece, quien tuiteó toda la marcha.

Poco a poco fueron apareciendo caras conocidas, gente a la cual recuerdo y me recuerda, por haber coincidido, en el reporteo, en alguna fuente, en alguna empresa o en alguna redacción. Otras caras eran conocidas pero no recordaba sus nombres, como las "gemelas", dos activistas de toda la vida, siempre apoyando causas sociales, ambas con sus trenzas y una manta envueta en sus cuerpos.

Saludé a Itzel de Televisión Educativa, a Karina de Enfoque (Radio Mil), a Manuel de no recuerdo que medio, ah si, de la Revista Expansión, a Jorge de Radio Educacion, a Federico y Gerardo de Canal 11, a Ricardo columnista del Universal, a una chica que trabajó en CNI canal 40, que no recuerdo como se llama, al robot que entrevistaba a los presentes para transmitir en internet, a mi ex maestra del Diplomado de periodismo de nvestigacion, a Gerardo Albarrán, profesor titular del mismo; a Xareni, a File, a Erick, a Cralos de Zócalo, a Rommel de la facultad, a Ricardo R, a Johanan y a otros colegas del medio.

La marcha no fue para gritar consignas, no fue para insultar a nadie, fue mas bien un reclamo, porque tenemos derecho y obligacion de informar pero con garantías, que deben venir, de varios frentes, del gobierno, autoridades de todos niveles, solo así se puede trabajar en bien de la sociedad.

El sol caía a plomo, el aire se apreciaba contaminado, el tráfico se alentó un poco porque los autos solo podía circular por la lateral. Desde la retaguardia de la marcha se veían los cuerpos con sombreros que la gente usó para aminorar los efectos solares, desde en medio, podía sentirse un ambiente solidario y en la delantera, se podían apreciar todas las mantas que portaban los periodistas.

Tal vez participaron todos los medios, lo mismo podíamos codearnos, con titulares de Noticiarios de TV como Ricardo Rocha o Pepe Cárdenas, o de la radio como Miguel Ángel Granados Chapa, a Epigmenio Ibarra, productor de la serie Las Aparicio, el excelente periodista Victor Ronquillo, que a reporteros, redactores, fotógrafos, camarógrafos, productores y todos aquellos quienes de conciencia acudieron al llamado.

Como lo comenté ese mismo dia con Elia a través de la radio, lo más importante fue la unión, es un aspecto por demás importante en la coyuntura actual que estamos viviendo como periodistas.

Ese dia en el noticiario que conducí de 6 a 8 en radio Trece,hubo radioescuchas que opinaron sobre la marcha, alguien me preguntó que como era posible que la objetividad de Radio Trece se viera mermada caminando a lado de Televisa o Tv Azteca, a lo que agradecí primero por la atención de llamar para luego comentar: "Esta marcha no es de medios, es de periodistas, unidos por un reclamo conjunto".

Por último no puedo dejar de comentar una manta que no portaban los compañeros en marcha, pero que pendía a la vista de todos y que acaparó los disparos de las cámaras de foto. SE BUSCAN, decía en mayúsculas, abajo las fotografias de Ciro Gomez Leyva, Pedro Ferriz de Con, Carlos Marín y Pablo Hiriart, luego decía " peligrosos seudoperiodistas itegrantes del (desinformativo) cartel del Milenio y asociados. RECOMPENSA el bienestar de millones de mexicanos.

Ni hablar , cada quien opinó y al final la manta fue retirada por participantes de la marcha.

hoy no hay nada que escribir

"No hay nada que decir hoy", eso me dijo Mariela cuando pasé a recogerla a su trabajo. "llevo cuatro años dando todo a esta empresa, la quiero, ahi encontre a dos de mis mejores amigos actualmente, en verdad amo mi trabajo".

Eso si,me consta que sabe hacer lo suyo, que le echa ganas, que se compromete incluso a más y lo hace de la mejor gana.

Que si los sabados, que si los domingos, que si al amanecer, que si al anochecer, que horas extras y ella apuntadaza como siempre. Yo la veo y la admiro.

Solo que el detalle es que en su trabajo no la reconocen como se debe, a la hora de pedir opiniones sobre lo que ahi hacen, su opinión no vale, es más ni siquiera la convocan aveces, ella aunque se haga la fuerte, se que le afecta.

"Ay Mariela", le diigo, tu tranquila y habla, ya ves que hablando se entiende la gente, alomejor es solo un malentendido. "No creo", me asegura, pero hay alguien por ahi que le duele que yo sepa del negocio.

"Bueno, vámonos a comer", le dije, como para despistar y cambiar de tema. Luego, ya entrada la tarde, platicamos de otras cosas, la pasamos de maravilla, terminamos en el piso, cual era?, mmm no me acuerdo pero ahi en la torre mayor.

Al final de cuentas cuando alguien hace bien su trabajo, no es necesario ningún reconocimiento, y más sobre el entendido que cualquier trabajo es en bien de la sociedad.