Hace unos días estuvo aqui Cesar, siempre me gusta platicar y compartir con el. En esta ocasión el tenía poco de haber regresado de Buenos Aires Argentina. Quedó maravillado, sobre todo del centro de la ciudad: "Nada que ver con la ciudad de México" me dijo. Sus razones tenían que ver con lo físico, es decir la arquitectura de los edificios, una ciudad bella.
También me expresó que no podría volver a vivir en la ciudad de México debido a que la ve fea, con puentes que no sabe usar, el centro por ejemplo, lleno de puestos y de gente, pero, de inmediato le dije que puestos no hay, de un tiempo a la fecha se ha ido acabando paulatinamente con el ambulantaje por lo menos en el primer cuadro de la ciudad.
Lo entiendo, después de vivir en Cancún y de haber compartido casi todo, nos acostumbramos a un nivel de vida diferente, digamos que con calidad de vida, sin tráfico, sin tanta contaminación, el mar, el trabajo.
Aunque bueno, para mi eso terminó hace 5 años, tuve que salir de Cancun, por causas de fuerza mayor, una persecución política me hizo cerrar uno de los mejores ciclos de vida, donde lo mismo crecí en lo profesional que en la vida, encontré amistades para toda la vida, mucho amor y mucha fiesta.
Nunca podría hablar mal de un lugar que dio tanto, si acaso lo que le afea es un sistema corrupto, que lo mismo beneficia a empresarios o periodistas que tienen a ese lugar sumido en una gran pobreza, basta con conocer las regiones de Cancún como a sí se les llama a las colonias marginadas.
El caso es que Cesar ya no puede vivir en la ciudad de México, yo pensé lo mismo cuando recién regresé desués de estar un largo periodo en Europa, mas sin embargo, pude hacerlo y me enorgullezco hoy de habitar en una ciudad moderna; pese a todo, es un lugar donde no solo hay inseguridad, smog y tráfico, hay también cultura, hay profesionalismo, hay diversidad. Es la primera ciudad del pais donde el aborto se vale y nos costó mucho trabajo, es una ciudad donde los homosexuales tienen más derechos reconocidos por la ley, hay cines, teatros para todos los gustos, es una ciudad progresista desde mi punto de vista.
No hablemos de partidos sino lo echamos a perder todo, pero que nos quede claro que la ciudad o el lugar donde habitamos lo hacemos todos, y también creo que hay que saber vivir y adaptarnos en el lugar que elegimos.
Es como en un programa que estaba viendo donde "gringos" de las Vegas vienen a México, dependiendo el lugar que les guste a disfrutar de su jubilación (en este caso se mudaban a la PAZ, Baja California) y comprar una casa aqui, decían: "es mejor lugar México no como en las Vegas que todo mundo parace estresado".
O aquellos tantos europeos que vienen a nuestro país por que les gusta más el clima, o la gente o lo que sea. O aquella alemana que conocí en la Habana que prefería vivir en una casa casi cayéndose a pedazos que en la modernidad del primer mundo. Decía que en Alemania nunca encontró la felicidad, pese a su primer mundo, y en la Habana todo era tan sencillo que le provocaba una inmensa felicidad todos los días.
Ahora recuerdo de igual manera que hace unos meses platicaba con un argentino que vive en Canadá, estaba harto, decía: "de ver una arquitectura similar en todas las casas, de lo ordenado que está todo, del frío, de que la gente está metida en su mundito y no comparte nada, que son poco sensibles, etc, etc". Fue entonces cuando le dije que porque no regresaba a su natal Argentina, dijo que ni loco, que solo lo haría para visitar a la familia y ahora estaba en busca de encontrar un hogar donde permanecer.
Me queda claro que parte de encotrar la felicidad es encontrar un buen lugar para vivir, donde cada uno de nosotros se sienta en un ambiente propicio para sus planes. Sea donde sea podemos estar "a gusto", si estamos convencidos de que al amanecer podemos asomarnos a la ventana y ver como el mundo rueda mientras disfrutamos una buena taza de café en el cuarto piso de un edificio medianamente viejo en la colonia Narvarte. En mi caso claro.
Como dijo alguien por ahi: El lugar no nos hace a nosotros, nosotros hacemos al lugar. He dicho.
miércoles, 26 de mayo de 2010
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